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Recetas Supernanny: Buñuelos de bacalao

Ingredientes (para 4 personas):

300 g de bacalao desalado

600 g de patatas

2 huevos

2 cucharadas de harina

1 cucharada de levadura

ajo

perejil

sal

aceite de oliva abundante (para freír)

 1. Se pelan las patatas y se ponen a cocer, junto con el bacalao, durante 30 minutos.

2. Se retira la piel al bacalao (y las espinas, si las tiene) y se pica. Se trituran las patatas, aplastándolas bien con un tenedor, y se mezclan con el bacalao en un bol.

3. Se añade el ajo y el perejil picados y, a continuación, la harina y la levadura. Se remueve bien hasta conseguir una masa fina. Se echa la sal.

4. Se baten los huevos y se añaden a la mezcla anterior.

5. Se forman bolas con dos cucharas grandes y se fríen en abundante aceite hasta que estén doradas.

Consejo:

Si a los niños no les gusta masticar los trozos de pescado, se puede pasar la mezcla de patata y bacalao por el pasapurés antes de añadir los demás ingredientes. Así quedan unos buñuelos más suaves, sin grumos.

Recetas Supernanny: Huevos a la cazuela.

Ingredientes (para 4 personas):

4 huevos

1 1⁄2 kg de guisantes frescos

1⁄2 kg de patatas

1 cebolla grande

2 dientes de ajo

3 cucharadas soperas de aceite de oliva

1 l de agua

perejil

sal

1. Poner a calentar el aceite en una cazuela de barro. Picar la cebolla y freírla, hasta que esté dorada.

2. Echar el agua. Cuando empiece a hervir, añadir los guisantes.

3. A continuación, picar el ajo y el perejil, e incorporarlos al guiso. Dejar que cueza durante 15 a 20 minutos.

4. Pelar y cortar las patatas en cuadrados. Añadir a la cazuela. Echar sal y dejar que siga cociendo unos 25 minutos (probar la patata y los guisantes para ver si están bien hechos).

5. Cuando estén cuajados, retirar la cazuela del fuego, echar perejil picado por encima y servir.

Consejo:

Para que las claras queden bien cuajadas y las yemas en su punto (líquidas), conviene echar primero las claras a la cazuela y, una vez que estén hechas, poner encima las yemas, retirando enseguida el guiso del fuego.

Buenos modales en la mesa

Tan interesados estamos en que nuestros hijos coman de todo y sin rechistar, que a veces hacemos la vista gorda con las formas: “¿Qué más da si coge la comida con las manos? Con tal de que se acabe el plato…”.  Como si las formas no importasen. Y sí importan.

• El hábito de la alimentación que tratamos de inculcar en los niños no consiste sólo en enseñarles a comer de todo, sino en que lo hagan del modo adecuado. Al igual que hay unas horas y un lugar determinado para comer, existe una forma de hacerlo: hay que sentarse a la mesa, utilizar los cubiertos, etc.

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Recetas Supernanny: Brochetas de pollo con verduras

Aquí os dejamos con una receta sana, completa, muy sencilla de hacer y con un formato que seguro divertirá a vuestros hijos.

kebab

INGREDIENTES (para 4 personas)

 

* 2 pechugas de pollo grandes

* 8 tomatitos cherry

* un calabacín

* un pimiento verde

* un pimiento rojo

* 2 cucharadas de aceite de oliva

* sal

* ajo y perejil picados

* 8 pinchos de madera.

¡MANOS A LA OBRA!

1. Trocear el pollo en tacos (no muy grandes) y ensartarlos en los pinchos, de forma que salgan cuatro brochetas, una por persona.

2. Lavar bien las hortalizas. Pelar y cortar el calabacín en dados. Retirar el rabo y las pepitas de los pimientos y cortarlos en cuadraditos.

3. Ensartar los tomatitos y los trozos de calabacín y pimiento en los cuatro pinchos restantes, alternando los ingredientes.

4. Calentar el aceite en una sartén. Salar las brochetas y freírlas durante unos 3 a 5 minutos por cada lado (el pollo ha de quedar bien hecho; las verduras necesitan menos tiempo de cocción y se pueden retirar antes de la sartén).

5. Condimentar en el momento de servir con una pizca de ajo y perejil picados.

Consejo:

Se puede utilizar carne de vacuno o de cerdo, o incluso ensartar distintos tipos de carne en el mismo pincho. Las brochetas de verduras se pueden elaborar con otras hortalizas (pimiento amarillo, cebolla, espárragos trigueros, berenjena…), procurando elegir colores y formas diferentes para que quedan vistosas y atractivas para los niños.

Recetas Supernanny: Espirales con jamón serrano.

Hoy os traemos una receta sencilla y muy rica que seguro encantara a vuestros pequeños.

INGREDIENTES (para 4 personas)

* 300 gr. de espirales

* 150 gr. de jamón serrano

* Una cebolla pequeña

* Un diente de ajo

* 5 cucharadas de aceite de oliva

* Perejil picado

* Sal.

¡MANOS A LA OBRA!

1. Poner a cocer las espirales en abundante agua salada, entre 8 y 10 minutos (según el tipo de pasta). Cuando estén en su punto, escurrir bien y reservar.

2. Picar y sofreír en una sartén ancha la cebolla y el diente de ajo con el aceite de oliva. Cuando estén dorados, añadir el jamón serrano cortado en tiras o cuadraditos, y sofreír unos minutos más.

3. Añadir la pasta a la sartén, mezclar todo y rehogar un par de minutos. Rectificar de sal.

4. Servir en una fuente con perejil espolvoreado por encima.

Consejo:

Las espirales se pueden sustituir por cualquier otro tipo de pasta que se tenga en casa: lazos, margaritas, espaguetis, macarrones, etc.

Ideas para abrir el apetito

Imaginación y buen humor son dos buenas armas para vencer la resistencia de nuestros hijos a probar nuevos sabores. ¿Quieres algunas ideas para tus pequeños muestren interés por la comida y se les abra el apetito? Pues toma nota!

Mother and daughter cutting apples for pie

1. Cocineros por un día.

Una vez a la semana, cuando no haya prisa, podemos dejar que colabore en preparar una comida familiar con algunos de esos alimentos que se niega a comer. Le pondremos un delantal y le asignaremos tareas apropiadas a su edad: cascar y batir huevos, remover, escurrir, etc. También puede ayudar en la presentación de los platos. Es difícil que se niegue a probar algo que él mismo ha cocinado.

2. Pizzas a su gusto.

Es una forma de familiarizarle con alimentos nuevos: le damos las bases (cuanto más pequeñas, más podrá preparar) y los ingredientes (entre ellos, varios que no haya comido nunca), y dejamos que él los disponga como quiera (con nuestra ayuda). La única condición es que todas las pizzas incluyan al menos un alimento desconocido.

3. Recetas imaginativas.

Hay muchos libros con recetas para niños que nos pueden ayudar a elaborar platos más apetecibles. Hablar con otros padres también puede darnos pistas de cómo cocinar esos alimentos que los niños suelen aborrecer. A veces funcionan trucos simples, como partir la naranja en trozos y rociarlos con una pizca de azúcar, o cortar el plátano en rodajas finas y servirlo sobre unas galletas maría.

 Tomato and egg fly agaric mushrooms

4. Presentaciones divertidas.

La disposición de la comida en el plato puede ser un estímulo: se pueden componer caras, formas varia- das (un coche, un castillo, una flor, un animal…). Las frutas y verduras dan mucho juego por su colorido y variedad. Por ejemplo, se pueden fabricar minibrochetas ensartando trocitos de diferentes frutas en palillos, o presentar la ensalada con forma de cara: el pelo se hace con la lechuga, la boca con media rodaja de tomate, los ojos con dos rodajas de huevo duro, la nariz con una aceituna, las cejas con dos tiras de zanahoria, etc.

5. Degustación en casa.

Papá o mamá presentan una nueva receta que han cocinado. Los demás miembros de la familia hacen de críticos gastronómicos y, por turno, dan su opinión: si les gusta, si no, por qué, qué le falta, qué le sobra… También pueden jugar a adivinar los ingredientes. Para poder participar es imprescindible haberlo probado.

Family preparing salad together

6. Improvisar cuentos.

Cada nuevo plato puede esconder una historia diferente. Por ejemplo, un ejército de valientes guerreros (los guisantes) debe atravesar montañas y océanos (las patatas y la salsa) para librar una dura batalla contra sus enemigos (las albóndigas).

¿Tienes algún truco para abrir el apetito de tu hijo? ¡Compártelo en el Foro de Supernanny!

La importancia de los nuevos amigos.

Laughing kids relaxing during summer day

¡Qué aburrido sería el mundo sin amigos! Con ellos se juega, se ríe, se alborota… Pero los amigos no sólo proporcionan compañía y bienestar. Gracias a ellos los niños pueden aumentar el conocimiento que tienen de los demás y de sí mismos, superar su egocentrismo y aprender lecciones valiosísimas para el futuro: compartir y cooperar, negociar y transigir, esperar turno, tener en cuenta las opiniones de los otros, res- petar los sentimientos ajenos… Tener amigos contribuye a mejorar la autoestima, a aumentar el rendimiento escolar, las posibilidades de éxito social y, en definitiva, a ser mejores personas.

Happy children

 “Hay niños que hacen buenas migas con todos; otros forman grupos de dos o tres amigos, que pueden cambiara lo largo del curso; y también hay parejitas de inseparables que están juntos a todas horas”

A partir de los cuatro años los niños empiezan a tener amigos de verdad. Que cambien las amistades con la misma naturalidad con que cambian cromos, es normal: aún están aprendiendo a relacionarse con los demás. Tampoco debe preocuparnos que se peleen alguna vez, o que su mejor amigo se convierta de la noche a la mañana en su peor enemigo. Los padres podemos observar el proceso y fomentar sus habilidades sociales.

¿Cómo fomentarlas?

 

1. Predicar con el ejemplo.

El aprendizaje empieza en casa. Si observa que tratamos a nuestros amigos con afecto y respeto, si nos ve hacerles favores, felicitarles en fechas señaladas, telefonearles para saber cómo están, él hará lo mismo.

2. Enseñarle a ser educado.

Hay algunas reglas de comportamiento que el pequeño debe interiorizar. Será mejor aceptado en el grupo si se acostumbra a pedir las cosas antes de cogerlas, si no entra en la clase dando empujones, si presta sus juguetes en el parque, si da las gracias, etc.

3. Practicar en casa.

Si alguna vez se pelea, si otro niño le pega, démosle ideas de cómo reaccionar. La teoría está muy bien, pero mejor si jugamos a representar la situación.

4. No criticar a sus amigos.

Puede que haya elegido como compañero de juegos al más revoltoso, y hay  que respetarlo.

5. Mostrar interés.

Todos los días hay que dedicar tiempo a hablar con él, a preguntarle (sin agobiarle) cómo le ha ido en el cole, si ha jugado mucho con sus compañeros, etc. Felicitémosle por sus nuevos amigos. Y ayudémosle si ha tenido alguna dificultad (por ejemplo, una discusión con su amigo del alma).

6. Animarle a pedir perdón.

Si alguna vez tiene un comportamiento inadecuado, hay que hacérselo notar y tendrá que pedir perdón.

Five cheerful kids

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