Pensemos en todas las cosas que tocamos a lo largo del día: el teléfono, el pomo de la puerta, el cepillo del pelo, la jarra del agua, el teclado del ordenador, los juguetes, el bolígrafo… Los gérmenes están en nuestras manos y se esparcen por todas partes. Para que los niños lo entiendan, podemos explicarles algo así como: “Los gérmenes se parecen a la purpurina porque se pegan a todo, pero son tan pequeños que no podemos verlos. Ellos son los causantes de las enfermedades y los culpables de los contagios. A través de nuestras manos y de los objetos que tocamos pasan de unas personas a otras. Para acabar con ellos hay que lavarse las manos a menudo y frotárselas bien”.